No era la primera vez que viajaba a Nueva York,
pero en aquella oportunidad me había prometido no dejar de
intentar contactarme con John Keel.
Promediaba agosto de 1986. Le pedí a mi amigo, el ufólogo José ?Tonio?
Huneeus, que no abandonaría la isla del Empire
State Building sin entrevistarlo. ?Leí sus libros, conozco sus
aventuras en el mundo de lo paranormal, me fascina su
heterodoxia? ¡y vengo de la Argentina! No, no me puede negar
un reportaje!?, le decía. Y mi amigo, resignado y amable,
discaba números para ver si alguien lo convencía. La ufóloga
ecuatoriana Mónica Williams ya me había dicho que era un hueso
duro de roer: de un carácter más bien hosco, Keel raramente
daba reportajes. Pero al cabo de un par de días, Tonio me
avisa que Timothy Green Beckley, un personaje conocido en el
ambiente platillista local como ?Mr. UFO?, había ofrecido su
estudio para el encuentro. Este reportaje es el resultado de
una charla coloquial, a veces dispersa, pero que transcurrió
con amable fluidez. Radiografía transparente de los temas que
inquietaban al autor de Keel aquellos días, su ánimo cambiante
no impidió entrever el perfil de su personalidad. Su discurso
no es el de un cientifico sino, antes bien, el de un
iconoclasta. Su background no es el de un investigador
riguroso. Es un periodista excéntrico; un viejo aventurero
enamorado de las conspiraciones y el misterio. Pero, de vez en
cuando, destila un talante crítico inimaginable en sus colegas
norteamericanos. La chispeante inteligencia que capea a medida
que avanza en el diálogo compensa. Y es ahí cuando a uno no le
queda otro remedio que rendirse ante la subjetiva sabiduría de
los pioneros.
-
¿Mantiene la misma idea respecto de la naturaleza de los OVNIs
que explicó en sus libros "Operación Caballo de Troya" y "La
Octava Torre"?
Durante
varios años estuve convencido de que los OVNI formaban parte
de una categoría natural de fenómenos. Que apenas se trataba
de un fenómeno más entre el total de manifestaciones que
diariamente tienen lugar en nuestro ambiente; como las nubes,
los meteoros, ese tipo de cosas. De pronto aparece alguien
como Arthur Clarke que, en un reportaje publicado por la
revista Playboy, afirma lo mismo que sostengo desde
hace mucho tiempo: sencillamente, opina que no cree en los
extraterrestres. Sin embargo, ahora no soy yo quien lo dice
sino Clarke, un reconocido escritor de ciencia ficción, que ha
vivido del tema por muchos años. ?Cuanto más lejos enviamos
nuestras naves sostiene, se vuelve menos probable encontrar
algún rastro de vida extraterrestre?. Han sido varios los
autores que apostaron a la presencia de un planeta en torno de
la estrella de Bernard. Pero hace algunos años, un grupo de
científicos obtuvo muy buenas fotografías de la estrella y,
finalmente, acabaron por descubrir que el tan esperado planeta
no estaba ahí... Y esa era la evidencia más sólida de que
podía haber sistemas planetarios alrededor de otros soles de
nuestra galaxia.
-
¿Entonces, concretamente, no cree que pueda existir vida fuera
de la Tierra?
He
abandonado esa idea. En 1983 Fred Hoyle, un astrónomo de
indudable prestigio, publicó un libro donde sostiene
literalmente lo mismo que digo yo en los míos (aunque también
hay que decir que los escribí antes). Entre otras cosas,
asegura que ahora descree en la teoría de la evolución... Yo
pienso que para él debió ser bastante dramático asumir ese
tipo de convicciones. El Universo, y la vida en este planeta,
son asuntos demasiado complicados como para que una teoría
tan simple como la evolucionista proporcione una explicación
satisfactoria, que a la vez sea totalizadora. Con todo, no
son pocos los científicos que consideran posible la existencia
de alguna clase de inteligencia más allá de la Tierra. Pero en
cualquier caso, lo que ellos están tratando de entender es en
qué habría de consistir esa inteligencia. Por otro lado,
los OVNI parecen formar parte de un sistema de control.
Y ese control no sólo comprometería a la raza humana, sino
incluso a todo lo que existe en este planeta.
- Esa
especulación, sobre la que tanto insistió Jacques Vallée, no
puede estar separada de ?algo? o ?alguien? que digite los
mecanismos del ?control?...
Creo que
en el espacio existe un campo de energía... Tenemos suficiente
evidencia de que este sistema de control no cuida ni respeta a
la raza humana. En realidad, pareciera estar actuando como si
ella no le interesara. Tal como vienen afirmando los
?contactee? hace mucho tiempo, hay un ?plan maestro?, y
nosotros somos parte de ese plan. A propósito, hoy estuve
conversando con un grupo de personas que vive cerca de un
cordón montañoso, en una región vecina a Nueva York, y un
muchacho me contó algo que le tocó vivir junto a su esposa.
Estaban en un camino alejado de las rutas, donde prácticamente
no transitan vehículos, y desde una montaña vio bajar una luz
sobre el bosque, muy cerca del lugar donde ellos estaban.
Súbitamente la luz se apagó y un gran auto negro apareció,
rampante, entre los árboles, pasando delante de sus narices.
Por alguna razón, este joven matrimonio se asustó mucho al
ver el coche... Pero esta no es la primera vez que oigo hablar
de historias como la que acabo de contar. Recuerdo que hace
unos veinte años algo parecido le ocurrió a una familia que
venía en su automóvil por una carretera, en Long Island. Como
pasó con esta pareja, los cinco integrantes de aquella familia
vieron descender un objeto luminoso sobre una zona pantanosa.
Quedaron tan impresionados que se detuvieron en medio del
camino... y al cabo de un rato pudieron ver como un auto se
dirigía rumbo al pantano. Del objeto luminoso comenzó a bajar
gente, que en seguida se pasó al interior del automóvil. El
coche siguió su ruta y la luz desapareció.
- ¿Y
qué le sugiere la presencia de estos coches?
Tengo la
sensación de que a veces hay seres humanos involucrados en el
fenómeno OVNI. O no necesariamente humanos, y sí ?seres
luminosos?, robots o incluso cyborgs. Hay muchas
posibilidades, pero con sólo leer mis libros uno se daría
cuenta de que hay muchas historias que envuelven a seres de
este tipo. Creo que en la Argentina ha habido un interesante
número de episodios que involucran objetos misteriosos que se
zambullen en el agua. Por años he leído incontables
especulaciones acerca de que existiría alguna clase de ?base?
cerca de las costas argentinas. ¿Usted está familiarizado con
esas noticias?
- Hay
informes de ese tipo en el Atlántico sur, aunque, como
siempre, es más aquello que se especula de lo que cualquiera
puede estar en condiciones de probar. De todos modos, no son
tantos informes como se cree en el exterior...
...en la
otra esquina del mundo, en países como Suecia y Noruega, se
han registrado la misma clase de fenómenos que yo creo se
producen en los mares del sur. La península escandinava está
muy próxima al Polo Norte. La Argentina, del Polo Sur. A veces
pienso que nos tienen bloqueados de polo a polo...
-
¿Quiénes?
¡Esa es la
pregunta! No lo sé. Desde los años '20 los gobiernos
escandinavos han estado a la caza de misteriosos submarinos
cerca de las playas de Suecia y también han aparecido
enigmáticos objetos submarinos en la Argentina. Yo quisiera
saber quién maneja esos navíos. No parecen ser submarinos
comunes.
- ¿No
alcanza a adivinar una intención común, algún dato que sirva
para unir esos informes aparentemente
dispersos?
Es muy
difícil, porque el fondo del problema deja relucir que
alguien está haciendo un juego diversionista, que a la
larga termina por distraer nuestra atención. Ponen pistas
falsas y, por lo tanto, significa que son hostiles. Sin
duda, están encubriendo algo. Yo empecé a interesarme en el
asunto de los objetos submarinos a partir de una visita que
hice a los países bajos. En ese momento las autoridades
estaban realmente muy preocupadas, pues parece que el problema
de los submarinos no identificados lo tienen todos los años.
Acudieron a sus mejores armamentos para intentar hundirlos y
no lo consiguieron. Ni siquiera lograron capturar uno solo de
ellos utilizando los instrumentos especialmente diseñados para
ese propósito que les ha proporcionado a los suecos el
gobierno de los Estados Unidos. Oficialmente, dicen que son
submarinos soviéticos. Pero no porque tengan pruebas, sino
porque ya no saben a quién culpar. A pesar de todo, quedé
realmente impresionado por lo bien organizadas que están las
autoridades suecas en esta área. No existe ningún tipo de
censura militar. Por el contrario, siempre están dispuestos a
facilitar información. Por ejemplo, si uno necesita un dato
específico de los archivos sobre algo que aconteció el 3 de
abril (de 1986), ellos no tienen ningún inconveniente en
mostrar un libro con la información completa, incluso la que
uno estaba buscando. Desafortunadamente, la Fuerza Aérea
norteamericana está bastante lejos de operar como los
militares suecos. Pienso que a nuestros militares el tema
los tiene sin cuidado y, como no les interesa, lo reducen a un
problema de relaciones públicas. Si hoy alguien llama a
una base de la Fuerza Aérea para denunciar la observación de
un OVNI, el funcionario de turno le va a dar al testigo el
teléfono de una organización civil. Llevar adelante una buena
investigación implica gastos onerosos, constituye una
inversión que por el momento los militares norteamericanos no
parecen estar dispuestos a hacer. Me he olvidado del gobierno,
pero creo que a ellos tampoco les interesa gastar ese
dinero.
-
¿Entonces también descarta que lo hagan en forma
encubierta?
El ejemplo
que voy a dar describe bien cuál es la actitud del gobierno al
respecto. Un hombre de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)
estuvo hace poco en Westchester, condado donde tuvimos una
oleada muy interesante, ya que además fue obtenido un
video-tape que registra el vuelo de un grupo de OVNI en
formación. Este agente visitó al investigador del caso,
Philipp Imbrogno, y le pidió la versión original del film.
Philipp, desde luego, se rehusó a entregarla... y el tipo no
tuvo más remedio que marcharse con las manos vacías. En los
viejos tiempos, esta gente entraría subrepticiamente en la
casa de Imbrogno y, sin más trámite, robarían el tape. En
aquella época, obtener de esta manera las evidencias
fotográficas era cosa de todos los días. El FBI, que siempre
negó estar interesado en el tema, guardaba celosamente los
voluminosos expedientes OVNI que con el tiempo recuperó el
abogado Peter Gersten a través del Acta de Libertad de
Información. En cualquier caso, la mayoría de aquellos
registros no tenían demasiado valor, estaban llenos de
rumores, especulaciones... Lo que me sorprendió fue descubrir
que los agentes del FBI escribieran informes tan
malos.
- ¿No
espera que salgan a luz documentos del gobierno que revelen
información nueva e, inesperadamente, surja algo de real
valor?
Si esos
documentos valiosos están en alguna parte, probablemente van a
estar enterrados tan profundamente que nunca vamos a saber
nada sobre ellos. Pero piezas no menos interesantes pueden ser
encontradas por pura casualidad. En Alemania, durante la II
Guerra Mundial, fueron recogidos montones de avistamientos
OVNI dado que, cuando los pilotos regresaban de sus misiones,
eran minuciosamente interrogados. Ellos describían lo que
después conoceríamos como los ?foo-fighter?. Aquellos
testimonios estuvieron archivados en el Pentágono junto con
los informes de las misiones, y nunca fueron rescatados de
allí hasta que Martin Keyden, un escritor que preparaba un
libro sobre la guerra, encontró esos documentos sin
proponérselo. Si no hubiera sido por él, ahora quizá no
sabríamos nada sobre esos misteriosos objetos
circulares.
-
¿Cuáles son las ?puntas de la madeja? del misterio
ufológico?
La oleada
de avistamientos que ha venido teniendo lugar en Westchester
trajo aparejadas situaciones muy interesantes. Allí, desde
1983, son observados una suerte de ?boomerang? que van y
vienen, siempre dando vueltas por la misma zona. En ese lugar,
la corporación IBM tiene una gran fábrica, donde trabajan en
proyectos secretos. Aparentemente, siempre hay OVNIs
sobrevolando esa fábrica. Gran cantidad de empleados de esa
sede de IBM fue protagonista de encuentros cercanos. Otra vez,
la presencia del fenómeno se vuelve perturbadora, por lo que
conviene estar atentos acerca de sus intereses.
- Dados
a presumir que en alguno de estos casos opere cierta clase de
inteligencia, resulta bastante extraña, para no decir
sospechosa, esa conducta exhibicionista en proximidades de
instalaciones importantes. ¿No le parece ridículo que, en vez
de tanta ostentación, no se busquen formas más sutiles para
alcanzar sus objetivos?
Lo que
ocurre es que estamos ante uno de los recursos diversionistas
del fenómeno. Mientras todo el mundo busca a los famosos
?boomerang? de Westchester, probablemente estén saliendo
grandes autos negros por el portón principal de IBM... Dos
agentes de la policía de Kingston, en Nueva York, que
patrullaban cerca de la zona de la IBM, informaron que una
potente luz se les vino encima del auto, al cabo de lo cual
perdieron el conocimiento durante unas dos horas. Nadie sabe
lo que pasó en ese lapso.
- A
propósito, ¿qué opina sobre el uso de la hipnósis en casos de
?tiempo perdido??
En ese
caso en particular, los testigos fueron llevados a un trance
hipnótico. Pero, en cualquier caso, yo estoy convencido de que
la hipnósis no es una herramienta confiable. La gente puede
mentir en el curso de las sesiones: el hipnotizado hará todo
lo posible por satisfacer a quien conduzca la regresión.
De hecho, esta clase de testimonios no son aceptados en la
Corte de Justicia de los Estados Unidos. Esta técnica sólo
suele ser aprovechada en los casos policiales; por ejemplo,
cuando el testigo de un accidente no recuerda el número de una
patente. En cuanto a los casos de secuestros, se sabe que
muchos protagonistas sostienen haber sido sometidos a
experiencias bastante especiales. A algunos se les ha llegado
a colocar algún tipo de instrumento, ya sea en las axilas,
detrás de la oreja y a veces se les ha dejado marcas en las
piernas. Alguien está tomando muestras de su sangre o, al
revés, inyectándoles alguna cosa. En los años '70 había gran
número de episodios en los cuales parecía que a los testigos
se les había insertado una aguja en la punta de los dedos. Sin
embargo, no es fácil investigar casos como estos sin una
costosa investigación médica y, por lo mismo, cuesta mucho
interesar a los médicos para que realicen los estudios
pertinentes.
-
¿Encajan los casos de abducción con su idea de que los OVNI
son parte de un juego esencialmente
distraccionista?
Quizá
algunos. Otros casos pueden ser meros accidentes. Hay
episodios en los cuales la persona raptada ha permanecido
?desaparecida? durante cinco horas o más y después, al
regresar al mundo consciente, está convencida de que sólo ha
perdido una hora. ¿Cómo saber dónde estuvo esa persona?
Todo esto es muy misterioso. Cuando la desaparición de los
sujetos es más prolongada, uno tiene que pensar, por ejemplo,
que durante ese lapso había que darles de comer... Se
trata de un suceso en apariencia traumático para que después,
cuando los testigos caen en manos de los ufólogos o
hipnólogos, comiencen a decir cosas que mayormente no tienen
sentido...
-
¿Reconoce usted, John, que sus ideas respecto al ?sistema de
control? se entrecruzan con las de Vallée?
Hemos
llegado a las mismas conclusiones en forma independiente.
Existe otra gente que quiere creer en los extraterrestres a
cualquier precio, como en el APRO, o la mayoría de los
miembros de la MUFON (Mutual Ufo Network). Toman a la
hipótesis extraterrestre muy seriamente y se enojan conmigo,
con Vallée. Y eso que el doctor [Joseph Allen]
Hynek había criticado a la HET hace mucho
tiempo...
- Pero
el sistema de control que usted defiende debería tener sus
aliados terrestres...
...y mucho
dinero. A lo mejor estas cosas no son materiales, y toman
cuerpo de manera temporaria. Los misteriosos submarinos
desaparecen en un ¡puf! de humo. También tenemos muchos
aviones fantasmas y últimamente, en los Estados Unidos, se ha
experimentado la presencia de helicópteros fantasma.
Generalmente negros, sin ruido ni siglas que los identifiquen,
al revés de los tradicionales.
-
¿Usted pretende que puede haber alguna ?agencia?, no
necesariamente gubernamental, que trata de hacernos creer en
extraterrestres que nos visitan?
Sí, hay
alguien ahí que nos quiere hacer creer en los
extraterrestres. Han creado una enorme cantidad de
situaciones para lograrlo. Si está al tanto de las
investigaciones de Leo Stringfield y de otros buscadores de
OVNIs estrellados, también deberá saber que la mayoría de las
informaciones disponibles proceden de llamados telefónicos
anónimos. Leo, al igual que los otros, no tiene ninguna
evidencia real, pero se lo cree y está rodeado de gente que
también está convencida de que la Fuerza Aérea está ocultando
esa información. Estamos ante el mismo sistema de pensamiento
que privaleció desde el asesinato de John Kennedy. Años
después del hecho, se supo que ?alguien? estaba tratando de
crear circunstancias distraccionistas para que los encargados
de la investigación fueran incapaces de consiguir localizar a
los responsables. A veces, los periodistas reciben una llamada
telefónica que les sugiere que vayan a cierto hotel. Allí los
espera gente muy bien vestida que asegura tener mucha y buena
información sobre el asesinato de Kennedy e historias muy
extrañas para contar... Después de meses de trabajar sobre los
datos que transmitió esa gente... resulta que todo había sido
un fraude. En varios sentidos, los OVNI hacen la misma cosa.
Tienen una gran cantidad de gente dando vuelta
alrededor.
-
Supongamos que estamos siendo enfrentados a ?algo? que nos
quiere imponer esta creencia en los ET, que les ha ido
bastante bien y que existe alguna ?central? que está
controlándolo todo, ¿cuáles son las consecuencias visibles de
ese plan?
Partamos
de la base de que, al cabo de 40 años, nadie sabe realmente
nada sobre los OVNI. Hemos estado totalmente
distraídos. En 1909, hubo una oleada de OVNI muy
importante en Inglaterra. Por entonces aparecieron unos
sujetos misteriosos, con acento extranjero, que visitaban los
lugares de los avistamientos. Cuando revisábamos los recortes
de la época, nos sorprendió encontrar estos informes de
Hombres de Negro. Por lo visto, esas visitas se han venido
sucediendo desde hace mucho tiempo y recién ahora empezamos a
contar con algunos rastros. Yo sospecharía que cualquier
persona que se acerque a la respuesta verdadera que debe tener
este asunto... sospecharía que es hombre muerto. Esa persona
va a cruzar la calle y un camión lo va a pasar por encima.
Tengo el presentimiento de que nunca vamos a poder
resolver el enigma de los OVNI. Si uno lee las revistas que se
publicaron en los últimos 35 años... ahí se estaba diciendo
básicamente lo mismo que están diciendo ahora. El progreso es
muy pequeño.
- ¿Tampoco tiene esperanzas en los trabajos
científicos que se hacen sobre el tema?
Todos
tratan de hacer estadísticas. Pero ellas siempre se niegan a
sí mismas. Cuando el doctor [David] Saunders creó el UFOCAT,
archivó en su computadora más de 50.000 casos OVNI. Mientras
más casos agregaba, menos resultados obtenía...
- Pero
el UFOCAT era una compilación que contenía más objetos
identificados que no identificados. Había pocos casos
OVNI...
Sí, estoy
de acuerdo. Es muy difícil enfrentarse con un caso realmente
bueno. La mayoría de los investigadores reciben una
descripción muy detallada del objeto visto por el testigo y
ninguna otra información. Cuando me ocupaba más de hacer
entrevistas, yo trataba de recoger todos los datos médicos que
podía sobre sus protagonistas. Varios testigos de cosas
insólitas que se le aparecieron a corta distancia tuvieron al
día siguiente síntomas de enfermedades venéreas, como
infecciones en la próstata, etc. En el mismo tipo de casos en
los cuales el testigo era una mujer... yo he descubierto que
casi siempre estaban en su período menstrual... ¡Y no sé
qué significa eso! Llegué a pensar en que, tal vez, a los OVNI
les atrae el olor a la sangre... Cuando descubrí eso, empecé a
prestar atención a ese dato y quedé muy impresionado por la
cantidad de mujeres que me respondieron que sí, que aquello
les había sucedido durante su período de
menstruación...
- No me
diga que está insinuando cierta clase de ?vampirismo?, ¿es
así?
Ciertamente. A propósito, tuvimos un caso famoso en
West Virginia. Había dos personas en una ambulancia, preparada
para hacer extracciones. El vehículo estaba lleno de sangre
fresca. De pronto aparece un objeto en el cielo, que venía
descendiendo de las montañas. Cuando se acerca al techo del
automóvil, salen de sus costados dos ?ganchos? como para
capturar al vehículo. Ese pretendido rapto se frustró cuando
aparecieron otros dos automóviles en la ruta, y la cosa se
elevó. Los conductores de la ambulancia quedaron muy
impresionados, estuvieron un buen tiempo en estado de ?shock?.
Después participaron en programas de TV para contar lo
que les había sucedido. El coche era de la Cruz Roja y podrían
haber perdido su empleo si eran descubiertos en fraude. Ha
habido otros casos relacionados con ?hechos de
sangre?...
- No
siga; debe haber lectores cenando. Su visión del futuro de la
ufología no es alentadora. ¿Cómo cambiar esta situación,
aunque ?corra riesgos? la vida del ufólogo heroico que seguirá
dispuesto a profundizar?
Parte del
problema es que los investigadores de OVNIs no tienen ningún
entrenamiento profesional. Se necesitan más médicos,
psiquiatras, científicos de todas las disciplinas
profesionalmente capacitados para examinar la evidencia. Si
mañana cualquiera de nosotros ve a un OVNI que a su paso deja
caer una pieza de metal, vamos a tener muchísimos problemas
para conseguir alguien dispuesto a hacer el análisis. El
estudio va a costar miles de dólares y nadie va a querer hacer
semejante gasto. Como tantos otras, trabas como esas han
existido siempre. Tampoco tenemos la certeza de que aún
contando con todos los medios a nuestro favor logremos dar con
la clave que nos está haciendo falta. En definitiva, y por
sencillo que pueda parecer, estoy empezando a creer que los
OVNI, como ya lo dijo Ivan Sanderson, no están en
ninguna parte...
Al despedirnos, me regaló un ejemplar autografiado de
Las Profecías del Hombre
Polilla. En la dedicatoria escribió: ?The secret of
the universe is on page 272. All the best. John Keel?.. Sin
apuro, pero con inocencia adolescente, busco la página 272 y
llego al final del libro. Desde luego, estaba en blanco.
Primero, me sentí levemente engañado. Después me dije ¿qué
mejor invitación para la acción? También me pregunté
si, debajo de esa infinita piel de estrellas y de su
encantadora fragancia a eternidad, no estaremos siendo
llamados por el hechizo de un abismo fascinante y peligroso a
la vez.
Nueva York, 15 de agosto de
1986 |